S omos un grupo de hombres y mujeres redimidos por la sangre del cordero que un día movidos por el Espíritu Santo sentimos el prefundo llamado del Eterno que nos invitaba a servir.
Quien comenzó la obra, el pastor Irineo Sueiro, que luego de enviudar y con 6 hijos se ubica en la zona de Barracas. Allí en medio de la pobreza y la poca amabilidad de la gente, se abrió paso como un valiente.
Su hogar, lonas y chapas de cartón, pero allí en medio de la necesidad, no faltaba un pedazo de carne a la parrilla, un mate  amargo, una palabra de aliento y una Biblia abierta.Ya pasaron 20 años la situación económica es distinta, la Biblia sigue estando abierta.
En ese mismo predio hoy se ha levantado una hermosa iglesia, construida siguiendo una visión de Dios, las manos que fueron usadas fueron pocas pero llenas de fe, de entusiasmo y de mucho amor.
Sudor y lágrimas no faltaron, tampoco frescura y consuelo de parte de Dios que día a día extendía su misericordia que nos hacía ver que estábamos en su propósito.
Eso es lo que somos, gente libre y altamente motivada, razones no nos faltan, El ha sido fiel.
No somos muchos, pero confiamos en el soplo del omnipotente.

 

La iglesia