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La buena parte
A todos se nos ha sido dada una buena parte la cual no nos será quitada. tan solo debemos tomarla. Bendiciones para todas Bien lo definía el Gran Maestro cuando con mansedumbre y amor le llamaba la atención a Marta, que ciega por el afán, requería algo innecesario sin darse cuenta de que ahí, muy cerca estaba la buena parte, esta parte que no merecía ser menospreciada ni dejada para luego. Si bien marta en su afán quería tal vez homenajear al Maestro, se olvidaba de lo tan hermoso y esencial que es escucharle y aprender de sus maravillas. Vemos a través de las escrituras, que Jesús fue a visitar a ambas, pero al llegar, 2 fueron las actitudes (ver San Lucas 10: 38). Queridas hermanas, el afán y la ansiedad, hace que ciegas atropellemos y muchas veces reclamemos a otros cosas innecesarias, creyendo que estamos en lo correcto. Vemos que Jesús no podía ir contra si mismo cuando declara “Solo una cosa es necesaria y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada”. María no podía ser corrida de los pies del Maestro, ni siquiera por El. Tantas son las veces que sentimos el susurro en nuestros oídos… ¿Cuál es tu parte? ¿A qué has sido llamada? Mientras observamos la adoración y el servicio de otros, y solo hay descontento y critica hacia los demás, eso lo vivía Marta y lo expresaba con su hermana. Jesús veía afán y preocupación. Dejame decirte que el no veía servicio ni amor, y como sabio, ministraba el alma de Marta y la guiaba a la necesidad de escoger la buena parte, la cual nadie podrá quitarle jamás. La buena parte ya está designada para ti, si aún no la has percibido, solo debes rendirle profunda adoración, dejar todo a sus pies y afinar tu oído, no tardará en revelarte sus propósitos para ti. Comenzarás a vivir en intimidad, solo tú y Él. Cuando una adoradora escucha al Maestro, nada la distrae. Bendiciones hermanas. |
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