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Mi nombre es Vanina, tengo 31 años, y aunque ahora sé que Dios me escogió desde el vientre de mi madre, hace 9 años que se reveló a mi vida.
Empecemos desde el principio; hermosa infancia, a mis 9 años, mis padres se separan, mamá sale a trabajar y quedamos prácticamente todo el día solos (mis dos hermanos y yo), lo cual creó en mi mucha independencia. Mi madre con su carácter súper fuerte “todo lo podía”, era mi imagen.
No terminé el secundario y antes de los 18 años me fui a vivir sola con amigas. Trabajaba, iba a bailar, recitales de rock, no llevaba una vida muy desordenada, tenia buenos amigos, el mundo estaba bastante cómodo para mí.
Tenia mis principios y ¡No creo en Dios! Era uno de los más firmes.
Trabajaba en “Pizza Hut” y me habían ascendido a gerente de turno y ahí conozco al padre de mi primer hijo. Acá empieza otra historia.
Dios me había escogido desde el vientre de mi madre, El creador del cielo y de la tierra tenía intenciones con mi vida y por más duro que mi corazón se pusiera, El iba a hacer su obra en mí.
A los 15 días de ponerme de novia, ya estábamos viviendo juntos y a los 3 meses de estar juntos, quedé embarazada, ahí empezamos a conocernos realmente. Cuando lo conocí el había salido de una granja de recuperación de adicciones Cristiana, pero no había tal recuperación. La droga gobernaba su vida y me decía que lo único que le quitaba la necesidad de drogarse era Dios.
Yo, que “no necesitaba de Dios”, le decía que vaya a la iglesia, que no me molestaba, yo era tan independiente que no necesitaba a nadie.
Pero nuestras vidas eran un desastre, embarazada, sin trabajo, sin casa, sin Dios y la adicción.
Nos llevábamos horrible, eran agresiones verbales todo el tiempo.
Para cuando nació Matías (mi primer hijo), yo ya no tenia sueños, la chica que todo lo podía era capaz de irse a vivir bajo un puente, ya nada importaba.
Problemas, agresiones, inestabilidad. Vivimos en hoteles, en la casa de mi mamá, en una que tenia el techo roto y piso de barro, sin luz, estábamos en el medio de la miseria.
Ahora que escribo esta palabra recuerdo las palabras del pastor en una predica hace un tiempo: Miseria= Condición Espiritual/ Pobreza= Condición Social.
“Miseria” era nuestra condición.
Un día tomé la decisión, el papá de mi hijo conoció a unos jóvenes cristianos, la iglesia quedaba a un par de cuadras, llegue temprano, me recibió un hombre muy atento, el pastor Richard, me preguntó que estaba buscando y yo me descargué.
Recuerdo que decía a cada rato: “Ya no se que hacer, esto tiene que ser la respuesta, Dios tiene que ser la respuesta”, entonces el pastor me preguntó si había leído el cartel de la entrada, le dije que no, el cartel decía: “Cristo es la Respuesta”.
Era mi lugar, Dios ya estaba hablándome. Me invito a quedarme y empecé a ir siempre. Me bauticé, hasta viaje a Uruguay con Matías y su papá por primera vez.
Yo cantaba tangos y cuando conocí la alabanza y la adoración, fue mi gran anhelo cantarle al Señor.
Las cosas no cambiaron nada con mi pareja, es mas empeoraban, el conoció mucho la palabra y me acusaba con ella.
En fin, fueron 2 años de idas y venidas, vivimos 3 meses en la casa del pastor, perdimos todo en un hotel, nos fuimos a la casa de mi mamá, también nos peleamos, conocí comisarías, nos separábamos y volvíamos, me fui a vivir con mi hijo a la casa de mi papá, ahí estuve 1 año sin ver a nadie, después volví a ver al papá de Matías y hubo un intento de reconciliación y volvimos a la iglesia.
En todo ese tiempo no pude olvidarme de Dios, siempre estaba presente, y aunque no oraba, ni leía su palabra. Nunca mas pude decir “No creo en Dios” porque ya lo había conocido.
Volvimos a la iglesia y yo “me tenia que casar porque era el padre de mi hijo”, eso creía, quería estar bien con Dios, sabia que no lo amaba pero pensaba que Él iba a poner todo lo que hiciera falta.
Un domingo el pastor iba a viajar y me dijo: Vanina, me quiero ir tranquilo, ¿estas segura de lo que vas a hacer?, pregunta que despertó una posibilidad que no tenia en cuenta, ¿cómo podía no casarme? Por supuesto me contestó, pero no vivas un día mas con el.
El pastor se fue y yo quede en la iglesia, recién nos habíamos mudado donde estamos hoy y estaba todo desordenado, me puse a acomodar unos libros mientras pensaba en la GRAN posibilidad de no casarme, y le dije al Señor, Padre tu eres un Dios de señales, mostrame que debo hacer.
Mientras acomodaba los libros se cae un papel al piso que decía “Si un joven no admira a otro, no debe casarse” era Dios soberano y precioso hablando claro en mi vida, solo llore, di gracias y no me casé.
Al otro día estaba viviendo en la iglesia con mi hijo de 2 años. Aquí empezó otra etapa de esta escuela:
Fueron 2 años de cuidado de parte de Dios, donde jamás me dejó faltar nada, donde me permitió servirle, amar la iglesia, amar su obra, en esos 2 años jamás me falto nada a mi ni a Matías, yo no trabajaba pero Dios se encargaba de todo.
Tuve también (mientras vivía en la iglesia) la posibilidad de viajar 2 veces a Uruguay, a la iglesia madre del Ptor. Gómez.
En el año 2003, Dios allí me regalo una promesa. Era una convención y había mucha gente, se manifestó una presencia preciosa, mientras el pastor Gómez predicaba, las personas se quebrantaban, hablaban lenguas, reían, había una atmosfera hermosa, pero yo no sentía nada y empecédecirle a Dios: Yo quiero eso, yo quiero sentir eso.
En ese momento el pastor Gómez dijo con su voz potente “Yo quiero darte, yo quiero darte pero cuando dejes de pedir como un niño caprichoso” ” Yo quiero, yo quiero”. Sentí que Dios me ubicaba de tal manera que solo pude pedirle perdón, ¡Perdón! Y de repente empecé a decir: Nunca mas te llamaran desamparado¡¡ Nunca mas te llamaran desamparado¡¡; me quebrante, termino el culto y fuimos al hospedaje y le pregunte al pastor Richard cómo era recibir una palabra y le conté lo que me había pasado, me dijo, busca en Isaías.
La palabra decía:
“Nunca mas te llamaran desamparado, ni tu tierra será mas desolada, sino que serán…” Isaías 62: 4
Promesa que se cumple hoy en mi vida, soy el deleite de Dios y no por tener capacidades extraordinarias, ni por ser la mas fiel de todas, sino porque Dios se deleita de su creación, de sus hijos y yo soy creación de Dios.
Viví 2 años en la iglesia y Dios a través de un hermano me regalo un terreno, con ayuda de la iglesia me hice una casita, traje a mamá a vivir conmigo, yo ya trabajaba, estaba enamorada de Dios y quería agradarle. Matías iba al jardín y mamá al principio iba la iglesia pero después dejo de ir y fue realmente una carga.
Doy gracias a Dios por el trato que tiene en mi vida, porque he visto en este tiempo personas llegar a Dios y alejarse, y es por que dejan de mirar a Dios cuando miramos las cosas humanamente, cuando pretendemos perfección en el hombre, nos alejamos de Dios.
Dios escogió lo vil y menos preciado del mundo para glorificarse y mientras estemos en este camino hacia la perfección, seguramente, que los restos de la humanidad que tengamos, van a ser eso; viles y dignos de desprecio.
Dios me concede la gracia de permanecer en el a pesar de las circunstancias y luchas humanas él es nuestro soberano.
Trabajaba en el hospital militar y la situación con mamá se tornaba muy pesada, hablando con el pastor por febrero del 2004, me dijo que abril iba a ser un mes especial, que Dios me iba a dar algo.
Conocí a Juan y el 1º de abril nos pusimos de novios. Hacia un tiempo que oraba por un compañero y Dios me lo dio, al principio dude, (porque no era creyente). Pero ahora se que el estaba en sus planes.
Conoció al Señor, lo acepto, se bautizo y nos casamos el 10 de marzo de 2005 y en agosto nació Nicolás Adriel que junto con Matías Jeremías son uno de los regalos mas preciosos que Dios me dio.
Tengo uncompañero maravilloso, no fue fácil, pero avanzamos con la ventaja de saber que, Cristo me dio la victoria, entonces con esa esperanza verdadera, avanzamos sabiendo que el fin de todo es exitoso y de gloria.
Mi esposo esta conociendo cada día mas al Señor y yo con él.
Hoy sirvo a Dios en la alabanza. Mi oraciónpresente es ser solo un instrumento en sus manos, sé que Dios no usa vasos viejos, el rompe con todo y hace todo nuevo y allí el se glorifica.
Que él ejerza su soberanía en todas las áreas de mi vida y en el momento de ministrar una alabanza, que solo sea él. Por que he aprendido (y espero no olvidar) que por mas buena intención quetenga, lo humano no sirve, es escaso y limitado. Dios hace todo perfecto.
Bendigo este ministerio, aunque confieso que me he quejado en ocasiones pero sin duda es una obra tremenda de Dios que me permitió vivir el evangeliocon toda libertad y siempre pude expresarme a favor o en contra.
Dios nos hizo libres y lo podemos ejercer, luchas pruebas hay y no faltaran mientras Jesús siga teniendo intenciones con nuestras vidas. Amo a Dios, amo a mi esposo, amo a mis hijos y amo la obra de Dios, solo de él necesito, gracias a Dios por esta escuela y gracias por la vida del pastor Richard.
Vanina Abillera, miembro y obrera activa del Ministerio Cristo es la Respuesta, Argentina